viernes, 8 de julio de 2016

Tu papel en la comunidad. 
¿Alguna vez te has preguntado qué pasa a nivel colectivo cuando hay una catástrofe? Se me viene a la mente la imagen que te presentan en las películas en la que todos están corriendo y gritando por su vida… Pero lo cierto es que no es tan común como se cree.
Respondiendo a la pregunta anterior, el miedo colectivo es la reacción más normal, tomando en cuenta que el miedo es adaptativo, te permite moverte para sobrevivir sin necesidad de entrar en un estado de pánico. Para entrar en este estado deben de estar presente ciertos elementos que lo desencadenen: primero una sensación de estar atrapado, derivado de éste, se presenta un malestar general de no hallar escapatoria, de no encontrar una solución, lo que ocasiona huidas masivas y efectos negativos en la conducta, que incluyen reacciones no adaptativas, egoístas y violentas. Sin embargo, como se mencionó antes, estas conductas no son tan comunes, pues es normal que la persona busque y siga el orden, a esto también contribuye el nivel de información que se tenga de la catástrofe, la tranquilidad de la persona y su experiencia previa. Por ejemplo, en una epidemia puede presentarse una situación de crisis cuando la enfermedad es letal, aparece repentinamente, la mortalidad es elevada, se cree que es contagioso y la causa es desconocida, lo que lleva a conductas hostiles de discriminación y abandono de los enfermos, aislamiento o escenas de pánico y miedo; pero cuando se conoce un poco más la enfermedad, cuando hay tratamiento o por lo menos tenemos una mayor sensación de superar la epidemia, el miedo disminuye considerablemente.
En una situación de catástrofe, hay diferentes tipos de víctimas: las físicas, las cuales fueron dañadas directamente; las contextuales, que fueron traumatizadas por las condiciones físicas y socioculturales; las periféricas, que son los no residentes pero que han sufrido pérdidas; y las víctimas de ingreso, que incluye a los voluntarios que van a brindar algún servicio a la zona y quedan afectados por el estrés psicosocial. Tomando en cuenta esto es fácil darnos cuenta que los afectados por un evento de esta magnitud son muchos, nosotros podríamos ser una de estas víctimas en algún punto de nuestra vida, y tenemos que tener las herramientas suficientes para salir adelante, para vivir y dejar ir.
Es importante conocer que cuando hay una catástrofe existen diversas fases de reacción en la comunidad:
Fase previa: hay una preparación de las autoridades y de la población ante la catástrofe, sin embargo, en esta etapa es muy común que se niegue o minimice la amenaza.
Fase de alerta: Esta fase está delimitada entre el anuncio del peligro y la aparición de la catástrofe; las personas presentan niveles de ansiedad que llega a ser útil para preparar y movilizar. Es muy común que se comiencen a propagar rumores que muchas veces minimizan el peligro y que dan una ilusión de invulnerabilidad grupal. Hay también una falta de respuestas por resistencia a dejar las pertenencias y tierras, por la falta de credibilidad hacia quien anunció la catástrofe, se tienen experiencias previas de situaciones parecidas o en algunos casos entra el papel de creencias en las que tendrán una protección superior (Dios).
Fase de choque: es una fase breve y brutal, en la que hay estrés colectivo y una sensación de irrealidad, de parálisis.
Fase de reacción: Se puede presentar diversas reacciones como el fenómeno de conmoción-inhibición-estupor, hay movilización, pánico, agitación psicomotora, la persona reacciona a lo que sucede.
Fase de emergencia: se presentan pensamientos repetitivos, mucha ansiedad, hay intenso contacto social, existe la necesidad de hablar, de expresar, de contar lo vivido… pueden presentarse síntomas psicosomáticos.
Fase de resolución contemporánea: se lleva a cabo la estructuración social, hay lucidez, disminución del pánico, del éxodo y es cuando comienzan a aparecer conductas de apoyo, de socorro, de salvamento.
El papel que se juega como miembro de una comunidad es importante, sobre todo en caso de catástrofe, hay que asumir nuestros roles, aportar a nuestra comunidad, estar enterados de la información importante y verdadera; en estos casos difíciles podemos mostrar cómo somos realmente, podemos pisar al otro o tenderle la mano, por ello la importancia de siempre estar en equilibrio con uno mismo, estar preparados, tener herramientas para ayudarnos a nosotros mismos y a los demás, saber y conocer nuestras capacidades para poder actuar si se presenta el momento.
“... sin la ayuda mutua, los hombres viven necesariamente en la miseria y sin poder cultivar la razón,...”
― Baruch Spinoza
Sofía Patricia Ortiz Ugalde. 

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