martes, 19 de julio de 2016

El placer en el duelo

Hemos hablado del duelo, los sentimientos y el trabajo de muerte (la Tanatología); pero seguramente las personas que están viviendo un duelo o más bien todos los seres humanos, desearíamos encontrar un método a seguir para poder evitar el dolor, ese sentimiento de perder algo; pero como ya lo sabemos, ese método no existe, sin embargo podemos tomar ciertas consideraciones/sugerencias para poder llevar de mejor manera el duelo, aceptarlos y poder salir fortalecidos.

Cuántas veces hemos escuchado o inclusive nosotros mismos nos hemos empeñado en negar el duelo, el creer que nada pasó y tratar de seguir adelante, cuando en realidad hacemos todo lo contrario e inclusive volvemos la situación peor de lo que podría ser; es por eso que primeramente hay que darse permiso de estar de duelo y tener paciencia durante éste, ya que muchas veces queremos que ese sentimiento de dolor desaparezca de un día para otro o en determinado tiempo “porque así dicen los libros o mis personas queridas”, hay que recordar que todo duelo es diferente y tiene su propio tiempo.

El no compartir los sentimientos con alguien más y aislarse de los amigos y familiares, es uno de los errores más comunes y más graves que suelen hacerse; al contrario, hay que acércanos y compartir con esas personas que queremos el dolor por el que estamos pasando y si sentimos que es algo muy grave, acudir con un terapeuta que pueda ayudarnos a salir adelante; hay que ser humildes y saber que no todo lo podemos tener bajo nuestro control.

Como había mencionado en el texto anterior, no hay que ignorar los sentimientos, no dejarse influenciar por el alcohol, drogas e inclusive fármacos para evitar que los sentimientos lleguen a nosotros, al contrario, hay que hacerlos nuestros, conocerlos y saberlos llevar; cuidar de nuestra salud es muy importante.

Cuando estamos viviendo un duelo normal tenemos diferentes puntos que tomar en cuenta, ya que muchas veces no nos damos cuenta pero en esos momentos tenemos ciertas sensaciones, sentimientos, cogniciones y conductas que están siendo controladas por el duelo que estamos viviendo.

Tenemos dos sensaciones básicas, el placer y el dolor; a partir de ellas podemos experimentar otro tipo de sensaciones y si uno se conoce, sabe con qué se puede relacionar cierto tipo de sensación y si no lo hace, para eso puede ayudar un terapeuta. Por consecuencia esa sensación que estamos sintiendo cómo, el dolor en el pecho, falta de aire, fatiga, dolor de estómago, entre otras; están relacionados con algún sentimiento en específico, cómo la soledad, shock, tristeza y otros.

Algo que puede llegar a ser difícil de detectar es ese pensamiento que aparece durante el duelo, ya que son muy variables; en algunas ocasiones puede llevar al doliente y las personas cercanas a tener la sensación de que la persona se está volviendo loca, pero son normales al inicio del proceso, pero no hay que perderlas de vista, ya que si estas se prolongan por mucho tiempo, necesitan de atención profesional para que no se quede enfrascado en ellas.

Por último, hay conductas que llegamos a desarrollar durante el duelo, pueden ser conductas nuevas o conocidas; el punto es que también son naturales y si se lleva un buen duelo, desaparecen con el tiempo; cuantas veces hemos tenido problemas de sueño, malas conductas alimenticias, estar distraídos, entre otras conductas que hacemos al tener algún problema, preocupación o en este caso, al estar viviendo un duelo; realmente no nos comportamos de la misma manera a como lo hacemos a diario.


Todos estos puntos, no solamente los vive uno durante el proceso de un duelo, también entra para poder tratar cualquier tema en nuestra vida, muchos terapeutas lo usan con sus pacientes, va dependiendo del enfoque que manejen; pero al final es para ayudar a la persona a poder seguir adelante y tener una mejor calidad de vida. No hay que tener miedo a dejarnos ayudar por algún terapeuta, siempre y cuando su preparación sea buena; debemos confiar en que un proceso psicoterapéutico nos ayudará a poder vivir de una mejor manera.

Eduardo Pardo Ampudia

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