La terapia de tus
creencias.
¿Has escuchado lo que es una terapia
Cognitivo-conductual? ¿Sabes en qué consiste? Pues si la respuesta es no, aquí
podrás informarte.
La terapia cognitivo-conductual se basa principalmente en
tratar las creencias, pensamientos e ideas que te llevan a comportarte, sentir
y actuar de cierta manera negativa para tu vida. Es importante tener en cuenta
que hay tres tipos principales de creencias o percepciones, las más profundas
son las creencias centrales, las cuales aprendes generalmente en la niñez y son
las más esenciales; puedes tener creencias centrales positivas y otras
negativas que se conviertan en obstáculos de tu vida cotidiana; luego están las
creencias intermedias, las cuales incluyen actitudes, reglas, expectativas y
presunciones hacia una situación, evento, etc. Finalmente, están los
pensamientos automáticos, los cuales surgen de manera espontánea ante una
situación específica, y en la que hay una creencia central de por medio.
Ya que conocemos estos tipos de creencias, es importante
reconocer y entender que muchas veces no es la situación misma la que ocasiona
daños en nosotros, sino estas creencias y percepciones las que nos hace
interpretar el evento de cierta manera y reaccionar, sentir angustia, miedo,
tristeza… y finalmente a tener una conducta y comportamiento. Por ejemplo: como
situación tenemos a una persona que tiene una reunión con compañeros de la
universidad en la cual comienzan a hablar de temas de clases; esa persona tiene el pensamiento de no ser
inteligente al no entender de lo que están hablando, se siente menos, por lo
que comienza a sentir angustia y nervios, lo que la hace aislarse de sus
compañeros. En este ejemplo podemos
entender cómo funcionan y qué impacto tienen los pensamientos, y es justamente
con éstos con los que la terapia trabaja.
En la primer sesión se trabajarán diversas cuestiones
importantes, comenzando con crear un buen clima de trabajo y hacer el encuadre,
en donde se concretarán las reglas, los horarios y cada cuanto se llevarán a
cabo las sesiones. Además, el terapeuta debe establecer el plan de trabajo, en
el que explorará cómo se siente la persona, qué expectativas tiene y qué dudas
tiene; luego se llevará a cabo un control del estado de ánimo por medio de test
o de escalas subjetivas en donde el paciente exprese su sentir. Luego se lleva
a cabo la revisión del problema y con esto se puede comenzar a establecer
objetivos a trabajar en terapia, es importante acomodar esos objetivos por
orden de cumplimiento, siendo realistas y explicando lo que se puede lograr.
Más adelante, se explica qué es el modelo cognitivo- conductual y se abarcan
las expectativas que tiene el paciente de este tipo de terapia; un punto clave
es hacer entender a la persona que esta terapia es un trabajo mutuo, en el que
el terapeuta acompañará y cuestionará, pero si la persona no se compromete a
mejorar, a realizar las tareas que se dejen y a ser honesto, no habrá
resultados.
Finalmente se instruye al paciente del trastorno que el
terapeuta identifica, se dejan tareas que se puedan cumplir y que permitan el
cumplimiento de los objetivos y se le pide al paciente que de una
retroalimentación acerca de esta primera sesión.
Esta primera sesión es punto clave para establecer cómo
se trabajará y en torno a qué objetivos. Las siguientes sesiones serán a partir
de esta primera, y se comenzarán con una breve actualización y control del
estado de ánimo del individuo, una revisión breve de la sesión anterior para
recordar puntos clave, se planificará lo que se tratará en esa sesión, se
revisarán las tareas que se dejaron, cómo se llevaron a cabo y cómo se sintió
realizándolas, se profundizará en los temas planeados, finalmente se hará otro
pequeño resumen y se pedirá una retroalimentación, tomando en cuenta cómo se
sintió en esa sesión, dudas que surgieron, etc.
Parece ser una terapia muy cuadrada, sin embargo cada
terapeuta le da su toque de creatividad y calidez, haciendo uso de la empatía y
la cercanía que invitan a la persona a abrirse, a sentirse en un lugar seguro y
principalmente a querer mejorar y superarse.
“No existe una sola forma de tratamiento que sea adecuada
para todos los pacientes (…), lo mejor es la creación de una terapia a la
medida de cada paciente”
-Parres.
Sofía Patricia Ortiz Ugalde.
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