viernes, 8 de julio de 2016

La terapia de tus creencias.
¿Has escuchado lo que es una terapia Cognitivo-conductual? ¿Sabes en qué consiste? Pues si la respuesta es no, aquí podrás informarte.
La terapia cognitivo-conductual se basa principalmente en tratar las creencias, pensamientos e ideas que te llevan a comportarte, sentir y actuar de cierta manera negativa para tu vida. Es importante tener en cuenta que hay tres tipos principales de creencias o percepciones, las más profundas son las creencias centrales, las cuales aprendes generalmente en la niñez y son las más esenciales; puedes tener creencias centrales positivas y otras negativas que se conviertan en obstáculos de tu vida cotidiana; luego están las creencias intermedias, las cuales incluyen actitudes, reglas, expectativas y presunciones hacia una situación, evento, etc. Finalmente, están los pensamientos automáticos, los cuales surgen de manera espontánea ante una situación específica, y en la que hay una creencia central de por medio.
Ya que conocemos estos tipos de creencias, es importante reconocer y entender que muchas veces no es la situación misma la que ocasiona daños en nosotros, sino estas creencias y percepciones las que nos hace interpretar el evento de cierta manera y reaccionar, sentir angustia, miedo, tristeza… y finalmente a tener una conducta y comportamiento. Por ejemplo: como situación tenemos a una persona que tiene una reunión con compañeros de la universidad en la cual comienzan a hablar de temas de clases;  esa persona tiene el pensamiento de no ser inteligente al no entender de lo que están hablando, se siente menos, por lo que comienza a sentir angustia y nervios, lo que la hace aislarse de sus compañeros.  En este ejemplo podemos entender cómo funcionan y qué impacto tienen los pensamientos, y es justamente con éstos con los que la terapia trabaja.
En la primer sesión se trabajarán diversas cuestiones importantes, comenzando con crear un buen clima de trabajo y hacer el encuadre, en donde se concretarán las reglas, los horarios y cada cuanto se llevarán a cabo las sesiones. Además, el terapeuta debe establecer el plan de trabajo, en el que explorará cómo se siente la persona, qué expectativas tiene y qué dudas tiene; luego se llevará a cabo un control del estado de ánimo por medio de test o de escalas subjetivas en donde el paciente exprese su sentir. Luego se lleva a cabo la revisión del problema y con esto se puede comenzar a establecer objetivos a trabajar en terapia, es importante acomodar esos objetivos por orden de cumplimiento, siendo realistas y explicando lo que se puede lograr. Más adelante, se explica qué es el modelo cognitivo- conductual y se abarcan las expectativas que tiene el paciente de este tipo de terapia; un punto clave es hacer entender a la persona que esta terapia es un trabajo mutuo, en el que el terapeuta acompañará y cuestionará, pero si la persona no se compromete a mejorar, a realizar las tareas que se dejen y a ser honesto, no habrá resultados.  
Finalmente se instruye al paciente del trastorno que el terapeuta identifica, se dejan tareas que se puedan cumplir y que permitan el cumplimiento de los objetivos y se le pide al paciente que de una retroalimentación acerca de esta primera sesión.
Esta primera sesión es punto clave para establecer cómo se trabajará y en torno a qué objetivos. Las siguientes sesiones serán a partir de esta primera, y se comenzarán con una breve actualización y control del estado de ánimo del individuo, una revisión breve de la sesión anterior para recordar puntos clave, se planificará lo que se tratará en esa sesión, se revisarán las tareas que se dejaron, cómo se llevaron a cabo y cómo se sintió realizándolas, se profundizará en los temas planeados, finalmente se hará otro pequeño resumen y se pedirá una retroalimentación, tomando en cuenta cómo se sintió en esa sesión, dudas que surgieron, etc.
Parece ser una terapia muy cuadrada, sin embargo cada terapeuta le da su toque de creatividad y calidez, haciendo uso de la empatía y la cercanía que invitan a la persona a abrirse, a sentirse en un lugar seguro y principalmente a querer mejorar y superarse.  
“No existe una sola forma de tratamiento que sea adecuada para todos los pacientes (…), lo mejor es la creación de una terapia a la medida de cada paciente”
   -Parres.


Sofía Patricia Ortiz Ugalde. 

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