En la ventana de lo disruptivo
Un sujeto dentro de nuestra población 1,828,000 millones de personas en el
estado de Querétaro, una realidad, una sola interpretación, una sola sensación distinta
a todas las demás, una por una; y cada
mente, cuerpo y alma se desenvuelve en fenómenos diarios donde están involucrados
unos 100 sujetos, cada uno con su propia sensación, con su propia interpretación.
A grandes rasgos podemos saber que cada sujeto construye su propia realidad
respecto de un único fenómeno, y sí estas manifestaciones del orden natural o
espiritual son terribles, aterradoras, se conocen como fáticas que provocan y afectan
nuestra consciencia y emoción, desestabilizan, desregulan nuestro cuerpo y lo
siguiente a un evento traumático, depende de cada sujeto en ese mismo evento,
tal vez puede volverse un impacto de enfermedad, o que el cuerpo lo digiera y
se vuelva algo constructivo, ahí volvemos a mencionar lo singular de las
personas a la reacción a los fenómenos faticos y así dar varios resultados no
solo lo traumático, eso quiere decir el concepto de Disruptivo.
Lo que hace que los fenómenos faticos tengan gran impacto en nuestro ser es
la realidad con la que los percibimos, lo tangible, lo sensible. El estímulo se
manifiesta con gran agresividad en el momento que lo indica por medio del
ruido, el olor, las acciones que puedes ver a todo color, el dolor de los músculos,
la angustia colectiva, la realidad. La capacidad que tenemos a predecir un
malestar o una situación fática se le llama “potencial disruptivo”; de acuerdo
a nuestra realidad podemos darle diferentes significados, suponer diferentes
resultados de un evento antes de que pase.
La escuela Psicoanalítica propone dos vías para la transformación de los
eventos faticos que afectan procesos psicológicos y que hace propios. La
primera vía tiene que ver con el instinto corporal y la segunda con la percepción,
donde el instinto corporal puede ser general dependiendo la cultura, pero la percepción
depende de cada historia de vida, hay tres espacios de la mente donde se construye
esta transformación.
La primera es la introyección que es la relación entre el afecto emocional
dentro de la interpretación de un fenómeno cualquiera que normalmente se
regulariza, se metaboliza, como con el vínculo con los padres, que constantemente
en la vida el amor hacia ellos cambia de significado.
La incorporación es cuando esta relación se atrofia, no se metaboliza, como
si uno de nuestros padres falleciera y no pudiéramos con tal noticia, y entráramos
a un cuadro depresivo, o neurótico. No dejo escapar el vínculo, no proceso la emoción.
Por ultimo esta la incrustación que nos habla de cómo podemos apropiarnos
de ciertos momentos del fenómeno fatico que se perciben por medio de los
sentidos y que siempre están presentes en la vida diaria de quien sufre de este
“introducto”.
Mencionado estas cualidades de los fenómenos faticos podemos dar un vistazo
a nosotros mismos, a nuestras experiencias con eventos desagradables, trágicos,
de emergencia que hemos vivido y como hemos reaccionado a ellos.
Diana Zepeda González
05/05/16
¡Cada cabeza es un mundo de significados!
ResponderEliminar¡Todos somos neuróticos! pero se nos nota mas en momentos disruptivos ¡dónde la incorporación se convierte en negación!.
La percepción de un hecho no significa lo mismo para todos, y aún se diferencia mas si tu estás dentro de ese evento inesperado y sin control, Un externo te podría decir: por qué no hiciste tal o cual cosa, recuerda ese externo no estaba ahí. La percepción del hecho también es una percepción con cualidades de un tercero que no está en crisis.