miércoles, 25 de mayo de 2016

Defendiendo mi cabeza

A lo largo de nuestro desarrollo la gente cercana a nosotros nos va enseñando a defendernos, el saber protegernos y proteger lo que es nuestro; el usar nuestro cuerpo o palabras para cuidarnos y que no nos hagan daño, pero hay algo que se va perfeccionando en nuestro inconsciente que nos hará nuestra vida un poco más sencilla y llevadera; éstos son los mecanismos de defensa.

Éstos son recursos inconscientes que se utilizan para hacer frente a situaciones complicadas que nos pueden generar ansiedad, estrés, miedo, inseguridad, etc. es una manera de auto engañarnos y protegernos por medio de distintas tácticas mentales para falsifica y distorsionar alguna experiencia.

Éstas experiencias las podemos tener todos los días y utilizar el mecanismo de defensa que más nos convenga, sin darnos cuenta de ello; cada uno de éstos mecanismos lo utilizamos dependiendo nuestra personalidad y el fin que deseamos tener.

Actualmente vivimos en un mundo en donde pareciera que tenemos que estar utilizando los mecanismos de defensa todo el tiempo para poder sobrevivir; podemos observar a hombres y mujeres que no aceptan su cuerpo tal cual es y no se sienten atractivos, entonces para poder compensar (mecanismo de defensa que consiste en; silenciar un sentimiento de inseguridad exagerando un rasgo real o deseable) eso buscan la manera de modificar su cuerpo pasando varias horas en el gimnasio, con dietas muy estrictas para poder lograr un cuerpo “escultural” con el cual nunca están satisfechos, ya que su objetivo no es el realizar ejercicio por salud y cuidarse; lo realizan para llamar la atención de la sociedad y sentir que ahora si valen la pena.

Los ídolos, personas que admiramos, estrellas del cine, deportistas, cantantes, etc. siempre estarán presentes en el mundo; en donde la misma gente los apoya y de cierta manera trata de imitar algunas cosas suyas; pero sabemos que existen fans que buscan a toda costa el ser como esas “estrellas” y copian todo lo que hacen, su manera de vestir, hablar e inclusive de comportarse; ya que es con ellos con quienes se sienten identificados y no se valorizan, no muestran en ningún momento su verdadera personalidad y la esconden para sentirse más aceptados.

Cuántas veces justificamos nuestros actos porque las demás personas lo hacen; proyectamos cosas nuestras en las demás personas para no aceptar lo que nosotros pensamos y/o hacemos; pensamos que es algo normal pero es un mecanismo de defensa que muchas veces llegamos a emplear y que para las otras personas puede llegar a ser muy evidente; desde que somos chicos podemos manifestar éste mecanismo, cuando hacemos algo incorrecto y no lo aceptamos y nos justificamos por lo hecho, pero ahí están nuestros padres decirnos frases como; “a mí no me importa lo que hagan los demás…”, “si Juanito se avienta del puente, ¿también tú? “, entre otras; que de cierta manera nos pueden ir ayudando a no hacer uso del mecanismo de defensa llamado proyección (consiste en personas que reconocen con mucha facilidad y exageran las características personales de los demás que a ellas les desagradan y que no ven en sí mismas) y realmente hacer frente a la situación que se nos puede hacer amenazante.


Existen muchos más mecanismos que usamos a lo largo de nuestra vida, que al final del día nos ayudan a sentirnos mejor en el momento; pero que a la larga pueden hacernos daño; cada que niego los síntomas es un mecanismo de defensa que me ayuda a bajar la ansiedad frente a un diagnóstico, de manera temporal, pero que no cura el padecimiento físico solo el mental, vuelvo a recalcar  momentáneamente; de esta manera nos evitan el dolor pero en realidad detrás de cada mecanismo de defensa que empleamos, hay algo más a fondo en nuestro interior, que la mejor manera de poder afrontarlo es con la ayuda de un psicólogo.

Eduardo Pardo Ampudia

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