domingo, 29 de mayo de 2016

Complejo Traumático



Me siento sólo, vacío e impotente

Cuando vivimos una situación o hecho profundamente lamentable generalmente hay sensaciones indeseables que vehementemente corroboran un complejo traumático asfixiante y desesperanzador. Estas sensaciones se pueden resumir en tres:

   a)    Sentimos que la vida ya no tiene sentido, es decir, está vacía de los significados relevantes que hacían que ésta tuviera sentido. El sentido de la vida es como la orientación del viajero que, a mi parecer, implica dos cosas principalmente: el motivo por el que camina y hacia dónde camina; si el viandante no tiene a dónde ir posiblemente se pondrá a desandar recurrente y desgastantemente. Recuerdo que una ocasión, estando en San Sebastián, España, con ocasión de la reparación y el mantenimiento de la vialidad, me vi forzado a tomar otra carretera no marcada por el GPS, después busqué un espacio para orillarme y esperar a que el Sistema redireccionara, parecía que éste se volvía loco y volvía una y otra vez a tratar de redireccionar. El conflicto terminó y el GPS pudo hacer su función hasta que me moví de lugar. En ese conflicto hubo una cierta vacuidad en cuanto que el GPS no tenía los significantes que debería de aportar. Más o menos así sucede con los sinsentidos de la vida: pareciera que ya no sabemos a dónde ir, pareciera que perdemos el por qué vivir.


   b)    Nos sentimos desprovistos(as) de las herramientas o recursos necesarios para hacer frente a esas situaciones disruptivas. Pareciera que todo es adverso y no hay nada que pueda hacer para enfrentar esas adversidades. Nos vestimos de una pseudo-actitud llamada impotencia.


  c)    Nos sentimos solos(as), abandonados(as), desamparados(as). Percibimos una debilidad en las relaciones familiares, amicales y sociales.

Si estas tres sensaciones nos invaden una y otra vez entonces estamos viviendo un complejo traumático producido por un “corto-circuido” en nuestra vida. Lo sorprendente es que este corto-circuido no persiste debido a lo ocurrido, sino a la percepción subjetiva de la incapacidad de redireccionar. Y es que introducimos el acontecimiento como si formara parte de nuestro ser, infligiendo en nosotros mismos un castigo. Nos autoflagelamos con el displacer una y otra vez con actitud enfermiza hasta cubrir nuestro rostro de profundas llagas de vacío, soledad, desvalimiento, desamparo, etc. Si esto es recurrente no se hará sino un círculo vicioso haciendo que el “atasco” cada vez sea mayor. Cuando una camioneta empieza a patinar sin avanzar seguramente ocasionará un atasco cada vez más grave hasta que no se intente otra forma de salida.

Lanzo una pregunta al aire… ¿No será acaso que cuando vivimos un complejo traumático lo que haga falta para salir de él sea redireccionar, buscar otra forma de salida? Pienso que esa nueva ruta de dirección no se da debido a que nos hemos plantado en un sitio desfavorable y nos hemos aferrado a él; incidimos una y otra vez en las sensaciones y en lo acontecido pero no hemos intentado digerir lo que nos hemos tragado o ´nos han hecho tragar´ y estamos “atascados”. Es necesario movernos de sitio para que nuestro PGS cree una nueva ruta. La ruta que teníamos y que desafortunadamente hemos perdido no es la única, hay otras formas de salir aunque a veces sea indispensable “dar mucha vuelta”.

 ¡Redirecciona tu vida, no te quedes estancado!



Por: Ángel Castillo Palma

sábado, 28 de mayo de 2016

Mi escudo, mi defensa.

Terremoto del 85 en México Distrito Federal, tsunami del sureste de asiatico 2004, huracan katrina, EUA del 2005, terremoto de Chile 2010, sin duda la humanidad a sufrido desastres, catastrofes a lo largo de la historia, y de los ultimos 15 años. Seres humanos han creado experimentos con otros seres humanos, recordando la segunda guerra mundial y los campos de concentracion (1940-1945) o el experimento creado por psicologos de la universidad de Stanford de EUA (1971) cuando un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo reclutaron voluntarios que desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Sin embargo, el experimento se les fue pronto de las manos y se canceló en la primera semana. Les recomiendo ampliamente la película “The Experiment” (2010) ya que trata sobre el procedimiento y resultados de este “experimento” crisis por lo que pasaron una serie de personas de modo diferente. De esta manera podre dejar más en claro cómo es que una persona cualquiera tiene un mecanismo de defensa ante estas situaciones de estrés constante y maltrato emocional, en momentos de peligro psicológico sabes que tienes que reaccionar rápidamente, y hacemos o tenemos reacciones instintivas, como correr para huir, gritar para ser escuchado, mentir para que te crean, manipular para que ser consolado, hablar como papá para sentir autoridad, encerrarte de todos para que no te dañen, y sí digo instintivas ya que las ultimas que mencione se controlan por mecanismos de los cuales no nos damos cuenta, son inconscientes, y aun que no los realicen fisiológicamente, existen psíquicamente (mente-cuerpo), estos mecanismos de defensa los mencionare a continuación. Proyección: te has encontrado con un recuerdo doloroso, imaginemos que los antiguos seres humanos utilizados como ratones de laboratorio de Stanford le transmitiera el miedo o la angustia después del evento a su hogar con su familia, el proyectaría lo que ha vivido en la prisión ficticia y se sentirá inseguro, con constantes ideas dolorosas. Negación: es evitar todo contacto con la realidad, y decirte a ti mismo que esa tragedia por la que pasas no existe, no es posible que a ti te suceda todo esto, puede durar unos pequeños seguidos o toda una semana de angustia, en conflicto psíquico y sin poder aceptar y digerir esta realidad. Regresión: volver a actitudes infantiles dónde se vive en constante narcisismo entre el amor paterno y se pretende llamar la atención o hacer lo que uno diga, como berrinche siendo un adulto. Aislamiento: pierdes las conexiones con otras personas, con otros animales, con otros ambientes, y te quedas encerrado dentro de ti y dentro de un cuarto. Estos mecanismos de defensa dependen de la personalidad de cada quién, según su historia de vida, según su resiliencia, según su estrés. Dentro del cuerpo humano todo está íntimamente relacionado.
Diana Zepeda González

20/05/16

miércoles, 25 de mayo de 2016

Defendiendo mi cabeza

A lo largo de nuestro desarrollo la gente cercana a nosotros nos va enseñando a defendernos, el saber protegernos y proteger lo que es nuestro; el usar nuestro cuerpo o palabras para cuidarnos y que no nos hagan daño, pero hay algo que se va perfeccionando en nuestro inconsciente que nos hará nuestra vida un poco más sencilla y llevadera; éstos son los mecanismos de defensa.

Éstos son recursos inconscientes que se utilizan para hacer frente a situaciones complicadas que nos pueden generar ansiedad, estrés, miedo, inseguridad, etc. es una manera de auto engañarnos y protegernos por medio de distintas tácticas mentales para falsifica y distorsionar alguna experiencia.

Éstas experiencias las podemos tener todos los días y utilizar el mecanismo de defensa que más nos convenga, sin darnos cuenta de ello; cada uno de éstos mecanismos lo utilizamos dependiendo nuestra personalidad y el fin que deseamos tener.

Actualmente vivimos en un mundo en donde pareciera que tenemos que estar utilizando los mecanismos de defensa todo el tiempo para poder sobrevivir; podemos observar a hombres y mujeres que no aceptan su cuerpo tal cual es y no se sienten atractivos, entonces para poder compensar (mecanismo de defensa que consiste en; silenciar un sentimiento de inseguridad exagerando un rasgo real o deseable) eso buscan la manera de modificar su cuerpo pasando varias horas en el gimnasio, con dietas muy estrictas para poder lograr un cuerpo “escultural” con el cual nunca están satisfechos, ya que su objetivo no es el realizar ejercicio por salud y cuidarse; lo realizan para llamar la atención de la sociedad y sentir que ahora si valen la pena.

Los ídolos, personas que admiramos, estrellas del cine, deportistas, cantantes, etc. siempre estarán presentes en el mundo; en donde la misma gente los apoya y de cierta manera trata de imitar algunas cosas suyas; pero sabemos que existen fans que buscan a toda costa el ser como esas “estrellas” y copian todo lo que hacen, su manera de vestir, hablar e inclusive de comportarse; ya que es con ellos con quienes se sienten identificados y no se valorizan, no muestran en ningún momento su verdadera personalidad y la esconden para sentirse más aceptados.

Cuántas veces justificamos nuestros actos porque las demás personas lo hacen; proyectamos cosas nuestras en las demás personas para no aceptar lo que nosotros pensamos y/o hacemos; pensamos que es algo normal pero es un mecanismo de defensa que muchas veces llegamos a emplear y que para las otras personas puede llegar a ser muy evidente; desde que somos chicos podemos manifestar éste mecanismo, cuando hacemos algo incorrecto y no lo aceptamos y nos justificamos por lo hecho, pero ahí están nuestros padres decirnos frases como; “a mí no me importa lo que hagan los demás…”, “si Juanito se avienta del puente, ¿también tú? “, entre otras; que de cierta manera nos pueden ir ayudando a no hacer uso del mecanismo de defensa llamado proyección (consiste en personas que reconocen con mucha facilidad y exageran las características personales de los demás que a ellas les desagradan y que no ven en sí mismas) y realmente hacer frente a la situación que se nos puede hacer amenazante.


Existen muchos más mecanismos que usamos a lo largo de nuestra vida, que al final del día nos ayudan a sentirnos mejor en el momento; pero que a la larga pueden hacernos daño; cada que niego los síntomas es un mecanismo de defensa que me ayuda a bajar la ansiedad frente a un diagnóstico, de manera temporal, pero que no cura el padecimiento físico solo el mental, vuelvo a recalcar  momentáneamente; de esta manera nos evitan el dolor pero en realidad detrás de cada mecanismo de defensa que empleamos, hay algo más a fondo en nuestro interior, que la mejor manera de poder afrontarlo es con la ayuda de un psicólogo.

Eduardo Pardo Ampudia

martes, 24 de mayo de 2016

Masaje Psicodinámico

Diana Zepeda González
20/05/16
Jornadas psicología UNIVA 2016


El día viernes 20 de Mayo era el último día de las jornadas y el psicólogo Víctor Fontana coordino la sesión de terapia de la clínica biodinámica para los que tenían cita previamente con él. Este tipo de terapia es corporal emocional, para que tengas una conexión entre tus emociones y las partes del cuerpo donde están explotan. Mi experiencia se resume de esta manera: cuando entre al salón estaba tres camas de masaje juntas en la cual mi terapeuta casi invidente me recibió, me dio una sábana y me dijo que me quitara la ropa, que me quedara en ropa interior para poder trabajar mejor con el masaje corporal, entonces lo hice, empezó dando masaje en las palmas de mis pies, me pedía que hiciera consciencia sobre lo que pensaba y provocaba cuando yo sentía con sus manos el masaje que estaba recibiendo, de esta manera por mis piernas, el estómago, el cuello, la espalda y la cabeza, la sección duro aproximadamente 50 minutos. Siendo sincera dentro de esta intervención no podía dejar de pensar en mi terapeuta casi invidente, entonces acepto que no estaba completamente relajada y aun que más me propusiera aprovechar el taller, no se trataba de estar intentándolo, si no dejar que pasara.  Me gusto todo el concepto y bases de esta terapia, con justo regresare el próximo año teniendo en cuenta lo que acabo de mencionar y relajarme por completo. 
Comunidad Incluyente
Diana Zepeda González 
15/05/16
Jornadas psicología UNIVA  2016

Hoy por la mañana en las instalaciones de la universidad Univa se llevó a cabo la ceremonia de inauguración de las jornadas de la carrera de psicología. La Psic. Liliana Vázquez Roa presento la ponencia: “Identidad y comunidad como política publica local: su impacto ante la pobreza desigualdad y discriminación”. Un nombre largo para un buen proyecto de intervención, esta psicóloga humanista activista por la comunidad hablo sobre proyectos de inclusión dentro de la delegación Azcapotzalco en DF.
Se habló sobre como el rol masculino es la verdadera figura discriminada o excluida de la comunidad, como se han remitido a desaparecer del foco comunitario o aventado a las garras del trabajo arduo, cansado, estresante, que lo deja sin fuerza para relacionarse con ciertas actividades que son solo para “ellas”. Liliana y otro equipo de personas hacer talleres para incluir a las mujeres al trabajo poco común para el rol femenino, como hacer plomería. Empezando por ellas mismas se demostraron la igualdad de género que se provoca cuando se rompen diferentes creencias, que se crean desde pequeñas. Otro paso importante fue la recuperación de una explanada dónde existía mucha inseguridad, jóvenes armados vendiendo droga pero se implementó un trabajo integral para que las mujeres madres de hogar y trabajadoras junto con niños y algunos hombres se reunían hacer actividades culturales, de convivencia, y enriquecedoras, con las cuales recuperaron la explanada y bajaron los índices de delincuencia en la zona. Exquisita ponencia a mi gusto, yo que me considero una persona comprometida con causas sociales. Pudimos dar un repaso cultural y un vistazo a como se salva la comunidad.



¿Está en nuestras manos?

Diana Zepeda González
12/05/14

Dentro del contexto del día al día las personas expresamos nuestro estrés de formas diferentes, con una simple gripa, mantener el enojo, gritar muy fuerte, o adueñarte de recuerdos dolorosos, no digerirlos y la persona puede volverse des adaptada, dependiente o vulnerable, hay muchas situaciones que provoca el estrés. Sin embrago las respuestas ante eventos estresantes pueden manifestarse de diferentes maneras, pueden ser que en un momento de crisis el estrés aparezca súbitamente o sea de modo gradual, dentro de esto entran algunas variaciones de los eventos difíciles, a los que tenemos miedo de cruzar nosotros solos. Estas variaciones se pueden notar a partir de percepciones individuales, y de cómo significa el sujeto el evento, estás se diferencian entre duración, gravedad, predictibilidad que se refiere a lo predictible de una reacción en el sujeto; las ultimas variaciones se pueden medir en grados de control, de confianza en su mismo y por último la aparición repentina del evento. Esta última característica se refiere en que estemos listos o no al momento de un desastre o catástrofe.Cada uno de nosotros hemos transitado por momentos estresantes, derivadas de las variables antes mencionadas como la durabilidad entre otras, sin embargo la manera en como le atribuimos un significado es una percepción personal, es decir el evento estresante es una situación determinada, por ejemplo un terremoto, sin embargo la manera en como vivo ese evento, es muy personal, y de ahí el grado de manejo de la situación que se puede convertir en estrés. Cuando “creo” que no puedo con los eventos y mi capacidad de respuesta es ineficaz, surge el estrés.
Ahora bien, los accidentes ocurren en diversas circunstancias, pero los impactos que afectan a nivel psicológico, hace referencia a nuestro temor a la muerte,  y/o surge el miedo inminente de sufrir una lesión grave, o la simple amenaza de dicha lesión. En los desastres naturales amenaza la integridad de los habitantes de la zona en emergencia, porque pone en peligro su casa, su trabajo, su estabilidad y al igual si integridad física. Entonces damos por entendido que la situación en desastre además de provocar una fuerte carga de estrés al momento, porque nadie puede controlarla, también viene como consecuente varias emociones expuestas después del evento. Los desastres son un tipo especial de emergencia que deja huellas observables en el sujeto y la comunidad, tales como angustia por morir, sueños aterrorizantes, culpabilidad por estar vivo, insensibilidad y búsqueda del significado. Dentro de esta última característica pensamos dentro de nosotros ¿el significado? Cuando Víctor Frank escribió “El hombre en busca del sentido(1946) después de su experiencia en campos de concentración muestra que los mecanismos de defensa se adaptan a la situación del sujeto por ejemplo en la experiencia del campo de concentración los prisioneros no aceptaban su destino cruel. Por su propia vivencia de ser víctimas de experimentos trágicos y sometidos como animales, cada judío  se protegía de tanto daño psicológico y emocional, algunos lo negaban, otros lo resentían y moría de dolor, otros podrían haber digerido la noticia y pelear por la vida.
Sin embargo existen trastornos reactivos ante situaciones peligrosas dentro de las características y variabilidades de reacción de cada sujeto que desatan nuevos eventos peligrosos o que ponen en riesgo la vida de la persona que pueden llegar a ser de adaptación o fobia social. Son trastornos ocasionados por la ansiedad y el estrés que se presenta en situaciones de crisis o desastre, como el Trastorno Postraumático que es un buen ejemplo cuando se ven los efectos del evento traumático y las percepciones se repiten una y otra vez. Si hay la oportunidad de leer casos en los que estén involucrados rezagos de una crisis podrás darte cuenta que todos están conectados con el significado del evento, por sus efectos en el sujeto y actos que pueden repetirse una y otra vez. La explicación que te brindo es de una lectura bastante interesante que se llama Trastornos reactivos, efectos del estrés y de la vulnerabilidad de G. Salason se las recomiendo ampliamente.




Ciberbullying y burnout. Mtro. Ricardo Sánchez G.
Yo escogí el taller de “Ciberbullying y burnout” porque es una realidad que aunque existe desde hace muchas generaciones hoy en día es más notable y se le ha puesto nombre lo cual hace 30 años no ocurría.
Existen psicólogos que piensan que el bullying es importante en la sociedad, que es un proceso de adaptación para ser capaces de defendernos a las adversidades que el mundo nos presenta. Es muy probable que si sea un factor de maduración de la persona, sin embargo es muy marcado en la actualidad que el abuso es extremadamente agresivo, lo cual es importante cambiar ya que esta conducta puede salirse de control en el entorno.
Algo que es muy importante y lo demostraron en el taller es que tenemos que tener cuidado con nuestras redes sociales ya que tenemos muchos contactos en ellas y en realidad no los conocemos. Esto es un problema ya que estos contactos tienen acceso a nuestra información y esto se puede prestar a que abusen de ella. Esto se debe a que los contactos de nuestros contactos normalmente pueden acceder a lo que publicamos y así sucesivamente entonces se genera una red muy grande de gente que nosotros no conocemos.
Es de suma importancia saber enseñar a las nuevas generaciones el cómo usar las redes sociales y el mundo cibernético con reglamentos simples como el no insultar a otras personas, el no agregar gente que no conozcan, no dar información personal, no abrir los archivos desconocidos o de dudosa procedencia. El objetivo es explicarlas de este modo, sencillo, para que puedan entender de modo rápido ya que si no saben cómo usarlo de modo apropiado o cuidadoso pueden salir afectados compartiendo información como sus teléfonos, direcciones o datos confidenciales lo cual puede afectar su integridad por medio de otras personas con malas intenciones, y si lo usan de modo correcto puede ser una muy buena herramienta de investigación y comunicación.

 José Jerónimo Aguillón Padilla
Discriminación de las minorías: La subcultura como elección. Por: Psic. Marco A. Zacarías Pérez.
Hoy en día hemos visto a lo largo de la historia como la sociedad siempre ha sesgado o separado a las personas por diferentes causas, sin embargo la raza humana es la única que con sus crías no discrimina si la cría nace con algún defecto. En la naturaleza si una de las crías nace con algún defecto, es abandonada a que muera ya que esa cría no ayuda a la mejora de la especie. El hombre no, el hombre procura que esa persona sea capaz de mantenerse en vida lo más posible.
Hoy en día seguimos estando muy atrasados en la parte de igualdad y equidad en la tolerancia de los diferentes grupos sociales, si retomamos hechos del pasado no llevamos ni cien años que tomamos en cuenta los derechos de las mujeres como es debido y hoy en día aun encontramos situaciones en las que siguen sin ser aplicados como se debe, no llevamos ni cien años que los alemanes dejaron de perseguir a los nazis y apenas llevamos aproximadamente diez años que vemos la homosexualidad como algo cotidiano y normal.
Como se ha visto a lo largo de los años es un proceso lento el aceptar nuevas ideas o a formas de pensar diferentes, sin embargo el ser humano no siempre solo le cuesta trabajo aceptar las cosas sino que también quiere imponer su ideología en los otros. Este es un problema básico que tenemos que solucionar y que en realidad si tiene solución, y esto se logra con la educación, si educamos a las generaciones a tolerar y a no imponer se puede lograr un cambio y evitar muchos conflictos.
José Jerónimo Aguillón Padilla



Mecanismos de defensa



El yo y sus máscaras


Pareciera que en un determinado periodo de nuestra vida logramos hacernos de una identidad sólida, una personalidad muy particular y, en general, logramos estabilidad en la vida que posibilitan una vida tranquila, en paz y feliz. Si se me permite comparar este asunto con la construcción puedo decir que nuestra vida en algún momento se presenta como una construcción terminada en lo esencial: con muros y cimientos sólidos. La solidez de la vida nos hace pensar que el edificio está seguro; hay una fe inocente en la seguridad que tenemos de que aquello en que nos apoyamos permanecerá. 


Lo que hacen los eventos disruptivos es poner en duda o desmoronar aquello en lo que confiamos y con ello entran en crisis nuestra identidad, personalidad, seguridad, etc. es entonces cuando sentimos vaciedad y sinsentido. Pareciera que la vida pierde todas sus significaciones. Toda la construcción de nuestro edificio ya no es sólida y se descubre tan frágil e indefensa a punto de desplomarse por completo.

Ante este yo que se desgarra, que se desvanece en la inseguridad, surgen unos mecanismos defensivos que nos sostienen en medio de la inestabilidad, que nos sitúan; estrategias psicológicas inconscientes que nos ayudan a hacer frente a una realidad muchas veces percibida como adversa. Éstos ayudan a que el yo no se disuelva por completo sino que permanezca mientras logra reelaborar de significados su entorno.

Así vistos los mecanismos de defensa son herramientas muy oportunas para hacer frente a lo que de pronto parece que rebasa nuestras fuerzas. Pero estas herramientas pueden estar situadas de forma inadecuada, es decir, se emplean de forma persistente indicando inadaptación.

Para este nivel conviene hacer consciencia de cuál o cuáles son los mecanismos de defensa que a la vez me definen. Ante un evento disruptivo qué mecanismos me mantienen a flote.

Conocer qué es lo que hace que se mantenga el self ante un trauma emocional es uno de los pasos para tocar de forma terapéutica la llaga del problema, es decir, la cáscara que cubre al fruto debe ser levantada para descubrir la maravillosa fragilidad del fruto y brindarle posibilidades de madurez distinta. La cáscara que cubre al fruto puede afectarlo si se arraiga a él a modo de no distinción entre uno y otro. A veces el mecanismo de defensa le cierra la puerta a cualquier tipo de ayuda porque no distingue entre el que se acerca a auxiliar del que amenaza. También los mecanismos de defensa pueden ocultarle a quien los tiene su propia autoridad de gobierno de sí mismo.


Todos tenemos mecanismos que protegen la estabilidad del yo y todos los días hacemos uso de ellos. Es muy benéfico conocerlos para saber con qué contamos y que hacen que mi personalidad sea muy peculiar, pero debemos vigilar que el mecanismo no se arraigue a tal grado de obstruir el desarrollo pleno de nuestra identidad.

Es cierto, la identidad, la personalidad, el self, ha de gozar de cierta estabilidad pero también ha de tener capacidad para resignificar la realidad, dotarla de nuevos sentidos.

Por: Ángel Castillo Palma

lunes, 23 de mayo de 2016

Los mecanismos de defensa en nuestra vida diaria




Freud habla de los mecanismos de defensa y en la psicología es muy común que salgan a relucir, ya que estos mecanismos salen cuando se niegan fuentes de ansiedad o mantener las imágenes idealizadas de nuestra psique. Los mecanismos de defensa nos permita vivir cómodamente con nosotros mismos; estos casi siempre constituyen alguna forma de autoengaño.



Los mecanismos de defensa expuestos por Freud:

·         La Negación: trata de negar una verdad desagradable
·         Represión: cuando escondemos los pensamientos dolorosos o amenazantes
·         Regresión: se refiere al retroceso de las personas en su propia vida
·         Proyección:  cuando vemos cosas en el otro de nosotros mismos
·         Racionalización: justifica sus actos por medio de las razones
·         Compensación: remplazando los defectos de la persona.
·         Sublimación: cambiar pensamientos por otros que se creen más adecuados 

A lo largo de nuestra vida tenemos distintos hechos que nos dañan y es entonces cuando nuestro inconsciente nos protege de dichos sucesos teniendo como finalidad regular nuestra conducta que nos sirven para garantizar la supervivencia. Por ejemplo, ¿Cómo puede un niño de dos o tres años que ha perdido a la madre enfrentarse a sus emociones? Si al niño no fuera regulado tendría ciertas conductas desfavorables que afectarían su autonomía como anhedonia, ansiedad, depresión entre otras.

En fin el ser humano tiene una gran herramienta interna-inconsciente que nos lleva a trabajar de forma mental-psíquica aquello que nos puede afectar, o lastimar a nivel psicológico; por ejemplo rupturas amorosas, fracaso escolar, pérdida del empleo
son  sucesos que nos dañan y responder de distinta manera, al igual que hay cambios físicos cuando nos exponemos a ciertas cosas incomodad de la misma manera hay cambios en psique del sujeto algún hecho trágico.


El enfado es un mecanismo de defensa. Si estás a la defensiva es porque tienes miedo (Loise Hay)
                                                                                  Itzel Nallely Maldonado Vega