domingo, 19 de junio de 2016

Tú defensa interior.
“El humor es otra de las armas con las que el alma lucha por su supervivencia”.
-Viktor Frankl
Interesante frase la de este superviviente de los campos de concentración que nos brinda en su libro “El hombre en busca de sentido”; en el cual nos expresa que siempre y cuando alguien tenga un sentido en su vida, una significación, ya sea una persona, un sueño, un evento o una acción que le dé sentido, la persona podrá salir adelante; expresaba también que muchas veces los sobrevivientes no eran los más aptos físicamente, sino los más fuertes mentalmente… ¿qué nos dice esto?  Es un mensaje innegable del gran papel que juega nuestra mente en situaciones estresantes, que se entrelaza con los mecanismos de defensa.
En primer lugar, es importante definir qué son los mecanismos de defensa: aquellas técnicas defensivas del inconsciente que están encargadas de minimizar las consecuencias de eventos intensos para que el individuo pueda continuar en equilibrio y ser funcional. Nos permiten adaptarnos a situaciones estresantes o de crisis para que seamos capaces de hacer frente a la realidad, protegiendo nuestro Yo de la ansiedad y de situaciones temporales con las que no podemos lidiar. Es importante mencionar que todos hacemos uso de estos mecanismos de defensa, pero pueden llegar a ser patológicos cuando estos mecanismos no permiten la adaptación de la persona a su medio.
Cada persona utiliza diferentes mecanismos que le permiten resignificar el hecho y su experiencia. Por ejemplo, una persona que culpa a Dios por la muerte de su hijo, está utilizando el mecanismo de proyección, en el cual lo que uno siente y sus ideas dolorosas las proyecta en otros.
Una persona que al perder el trabajo, vende todas sus pertenencias y se va de viaje, o una pareja que al fallecer su hijo mantienen su cuarto intacto, están utilizando el mecanismo de negación, mediante el cual la realidad que están viviendo no existe, no lo pueden procesar y no la toman como real.
En la formación reactiva se convierte lo contrario en positivo, por ejemplo cuando se odia a alguien pero en realidad hay atracción, o cuando a una persona no le agrada cómo se lleva su pareja con los hombres, y para significarlo menciona que es porque es muy “social”.
La sublimación implica sustituir deseos por acciones prosociales, por ejemplo las personas que dan pláticas motivacionales o conferencias en las que dan su experiencia de vida.
El identificarse con el agresor, por ejemplo los niños que quieren ser sicarios de grande, las mujeres que expresan: “me pega porque me quiere” o el síndrome de Estocolmo en donde se desarrolla un vínculo con el agresor-secuestrador.
Agregándole a éstos la racionalización, la regresión, el desplazamiento, el aislamiento… son sólo algunos de los muchos mecanismos que existen y que se activan con la angustia hacia alguna situación que nos sobrepasa y nos permiten contactar con la realidad.
Es importante ser conscientes de esto, de lo que somos capaces, el identificar cuáles son los mecanismos que utilizamos aunque sean inconscientes nos permite llegar a un conocimiento de nosotros mismos y de cómo reaccionamos, a planear y a saber de qué somos capaces, es una forma de enriquecer lo que somos, nuestra persona, de crecer y de mejorar, de continuar desarrollándonos. Así que la pregunta que les dejo es: ¿qué mecanismos utilizas tú? 
Sofía Patricia Ortiz Ugalde


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